
Ante los nuevos vientos de cambio que soplan con fuerza en Europa, y
pese a que su silbido parece no llegar nunca a nuestra nación, los
patriotas españoles pese a todo no perdemos la espereza del resurgir de
un movimiento de salvación nacional que consiga arrastrar con fuerza la
podredumbre de este sistema, guidando a esa mayoría silenciosa de
españoles que aún no sabe simpatiza con nuestras ideas y quién más
pronto que tarde, debe levantarse frente aquellos que hipotecan nuestro
futuro.

Más allá de los partidos políticos, y si bien sin ideologías concretas, nos encontramos con el Hogar Social Madrid, en cuyas filas forman españoles llegados desde todo el espectro político, y que hoy bajo una sola bandera defienden lo Social y lo Nacional. Empezando este proyecto con no más de una veintena de jóvenes idealistas, que tras muchos años de militancia y asqueados con la política (conscientes de que poco o nada se puede cambiar), decidieron no abandonar y no irse a sus casas a disfrutar de la vida comodamente. Por el contrario decidieron emprender una labor social de ayuda al pueblo español que tantas penurias pasa por culpa de este sistema que hoy los criminaliza. Este pequeño grupo de jóvenes patriotas que inició la andadura, no era consciente de que su proyecto terminaría desbordando las calles de Madrid con miles y miles de españoles. No sabían del impacto mediatico y social que su movimiento iba a conseguir, ni del impulso y esperanza que para España significa. Sin saberlo ni quererlo, esos jóvenes se encuentran hoy con la responsabilidad de guiar a la mejor juventud, y quizá el destino, la divina providencia, o el fruto del trabajo bien hecho, ha puesto en sus manos la pesada carga que ello conlleva.
Por el contrario, los partidos políticos más convencionales del llamado área siguen de capa caída y fragmentados. Sería interesante valorar si la llamada corriente de autonomía histórica consigue realmente sus objetivos, o si el intento constante de homologarse con los partidos "identitarios" europeos surgen efecto (máxime cuando el único invitado en la cumbre patriota del Frente Nacional fue VOX).
Nosotros, los falangistas, también deberíamos pararnos seriamente a reflexionar porque no hemos sabido llegar al español de a pie. Es cierto que no tenemos medios de comunicación ni nos llevarán hoy por hoy a ningún plató de televisión a exponer nuestro programa. No si nuestra lucha se reduce a los actos conmemorativos y la defensa de la Unidad Nacional como única bandera. Nuestro sitio a día de hoy debe de estar al lado de los preferentistas, frente a los bancos, oponiendiendos a los desahucios,denunciando la miseria a la que se somete nuestro pueblo, acudiendo allá donde se defienda al trabajador, la vivienda, la sanidad pública. En definitiva los principios sociales a los que nunca hemos renunciado, pero que no hemos sabido tampoco transmitir a nuestro pueblo. Pese a todo somos valedores de la verdad y la razón, y debemos los nacionalsindicalistas ser la vanguardia en el servicio a España, sin nostalgias ni abatimientos. Debemos saber estar a la altura de las circunstancias e influir en los importantes movimientos nacionales que con fuerza surgen encaminados a la salvación de España. Porque el nacionalsindicalismo es el genuino y auténtico pensamiento netamente español que puede salvar a nuesta Patria. Porque es necesario construir la tercera vía, y porque la revolución pendiente no puede quedar solo en palabras.
AM
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